Se celebraron los 32 años de la revista de poesía ESTACIÓN COM-PARTIDA, en las instalaciones del auditorio de la Feria del Libro de San Borja, vestido de fiesta para festejar junto a sus protagonistas y el maravilloso público que se dio hoy una cita con la cultura.

Con la presencia de la poeta, catedrática y psicóloga Fanny Jem Wong y el honor de tener al maestro César Toro Montalvo, poeta, ensayista, historiador literario y profesor universitario peruano, perteneciente a la Generación del 70, junto a su incansable director José Beltrán Peña, poeta y promotor literario, que nos ha entregado – entre muchas otras obras de investigación literaria de su autoría – esta joya de revista en su número ya 505.
Valga reconocer la fundamental importancia de esta revista, siendo la más longeva de sus características en el Perú.
Ha sido una oportunidad también para rendir un homenaje especial a las revistas, Haraui de Paco Carrillo, La Tortuga ecuestre del gran Gustavo Armijos, Zoopoesía de nuestra recordada Cecilia Molina, In terris de Livio Gómez y Cometa de papel de Luis Alberto Calderón (todos sus directores fallecidos), quienes hicieron un estupendo trabajo por difundir la poesía peruana desde sus modestas pero valiosas páginas.
“Llego a casa y me digo (…) hay que seguir, por la gente que confió y me apoyó de distintas manera (maestros, colegas, lectores de distintas generaciones), pero que ahora ya no ocupan ninguna silla por haberse ido a descansar, y por mis amigos y maestros que me acompañaron para saludarme y solidarizarse literariamente, reconociendo la importancia de ESTACIÓN COM-PARTIDA en la historia de la poesía peruana, pero sobre todo para empujarme y que acelere el paso, porque el tiempo pasa lamentablemente, y ahora, más rápido que nunca…”.
Reflexivas palabras que en libertad nos deja José Beltrán Peña, al término de esta noche, las que nos revelan – pese a un atisbo de cansancio evidente – la férrea voluntad del que ama, inclaudicable en su labor de entregarle a su país, cultura, color, alegría, educación y valor.
Desde aquí nosotros – simple y llanamente – felicitamos, admirados, su impagable esfuerzo y contribuimos, con un granito de arena, en su difusión.