En los últimos días hemos sido testigos de más de un accidente de tránsito, ocasionado en su mayoría por choferes para quienes la vida de sus pasajeros o de los peatones parece importarles nada.
Tanto en Lima como en provincias, la situación es casi la misma.
La excesiva velocidad, el correteo, el ir en sentido contrario, adelantando por el carril opuesto, es cosa de todos los días y viene ocasionando – además del choque de vehículos – la pérdida lamentable de vidas de personas que solo esperaban llegar a su hogar o trasladarse a su centro de trabajo o estudios, niños inocentes que no tenían por que acabar de forma trágica.
Tal pareciera que ahora, además de las muertes que deja la delincuencia, tenemos que sumar aquellas muertes por culpa de choferes irresponsables.
Sin respeto por nada ni por nadie, sin miedo alguno a la autoridad y sin importarles la gran cantidad de papeletas que se les acumulan sin pagar. Esta vez la irresponsabilidad ha llegado ya demasiado lejos.
¿Hasta cuándo tenemos que esperar que se tomen cartas en el asunto? Causa impotencia ver como tras haber enlutado a una familia la justicia deja libre a conductores que han atropellado y causado la muerte de ciudadanos por conducir bajo los efectos del alcohol.
Es un tema urgente, el evitar que tantas muertes sigan sucediendo; buses de transporte público “haciendo carrera” en las avenidas. Unidades que nadie sabe cómo han podido pasar una revisión técnica, con faros de menos, cristales rotos y emisión de humo contaminante.
La informalidad que salta a la vista trae definitivamente consigo consecuencias siniestras.
La actitud matonesca de los conductores es otro factor. ¿Pasan algún tipo de evaluación psicológica antes de autorizárseles el poder estar frente al timón? Nos encontramos muchas veces ante gente violenta que reacciona agresivamente ante cualquier reclamo sobre su forma de conducir. Lo que sorprende es que lo puedan seguir haciendo aún con gran cantidad de multas y papeletas de tránsito acumuladas. Pero si en nuestro país se maneja ¡hasta sin brevete! Aquí no pasa nada.
De haber buenos choferes, responsables y conscientes, no hay duda, pero son lamentablemente muy pocos.
La mayoría, por una suerte de cultura de “pepe el vivo”, seguirán en esa carrera de la muerte, a ver quién gana más pasajeros, vivos o muertos; pareciera que les da igual. Total, se sienten impunes al volante de sus autobuses o de colectiveros, sienten que nada les va a pasar. Por eso conducen a excesiva velocidad y muchas veces hasta ebrios.
Los últimos accidentes en Lima, dan cuenta de 5 muertos y 26 heridos en la vía “Pasamayito” en Comas, entre ellos niños, cuando una costaer impactará violentamente contra un bus estacionado.
En otro accidente, una niña de apenas 9 años que iba en su movilidad escolar, salió despedida por la ventana cuando esta impactó contra otro vehículo a excesiva velocidad. La menor terminó en UCI luchando por su vida. Esto ocurrió en Magdalena.
En Villa María del Triunfo, un joven de 24 años, estudiante de arquitectura, terminó en coma tras salir disparado de combi que venía haciendo carrera con otra unidad.
Son apenas tres, los accidentes que mencionamos, ocurridos en Lima, pero son aún muchos más los que se vienen dando, también en las carreteras y pistas al interior de nuestro país.
Usuarios del transporte público, peatones, pasajeros, ciudadanía en general, exigen a las autoridades, al Ministerio de Transportes, Poder Judicial, castigue severa y ejemplarmente a todo chofer irresponsable que ocasione un accidente, con penas que vayan desde la suspensión del brevete, internamiento de sus vehículos al depósito o con pena efectiva de cárcel de ocasionar una muerte.
La Defensoría del Pueblo, ha alertado ya en su momento del incremento de accidentes de transito y propuesto incluso la creación de una “Agencia Nacional de Seguridad Vial”, con la finalidad de contar con un organismo técnico especializado que tenga como propósito la reducción sustancial de las cifras de accidentes de tránsito.
De los congresistas, se esperaría también una mayor preocupación ante esta situación y algún sesudo, riguroso, bien pensado y mejor concebido proyecto de ley que contribuya. Lamentablemente – al parecer – estarían distraídos en otros intereses. Hay para ellos, seguramente, cosas más urgentes que atender.
Pero, definitivamente, a este respecto, tanto como para frenar el tema la delincuencia en nuestro país, la mano dura se viene haciendo hace tiempo – indudablemente – necesaria. No hay más.
Por: Christian Loureiro ✍
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