
Debido a la creciente ola de delincuencia, proxenetismo, prostitución, robos y extorsiones; el Gobierno ha considerado declarar en Estado de Emergencia, el distrito de Lince y lo comprendido como Cercado de Lima. Medida que fue oficializada la mañana de hoy martes 10 de octubre a través de una publicación en el Diario Oficial El Peruano.
Una medida de carácter excepcional, que entra en vigencia por 60 días calendario, tal como se dispuso también semanas atrás para los distritos de San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres y Sullana en Piura.
Este Estado Emergencia iniciará desde la medianoche hasta las cuatro de la mañana del día siguiente, dada la situación, por las primeras dos o tres semanas.
Durante Las horas que dure esta medida, la Policía y las Fuerzas del orden tendrán el control en favor de la seguridad ciudadana.
De acuerdo con el decreto supremo publicado este martes en El Peruano, se encuentran suspendidos en Cercado de Lima y Lince los eventos sociales y espectáculos desde las 00:00 horas hasta las 4:00 horas. El ministro del Interior, Vicente Romero, adelantó que el gobierno tiene la posibilidad de evaluar la restricción y adoptar nuevas medidas.

Estas son las prohibiciones tanto para el Cercado de Lima y Lince:
No funcionarán restobares, discotecas y cualquier otro lugar nocturno desde la medianoche en adelante.
No se puede realizar reuniones y fiestas a puertas cerradas que perturben la tranquilidad ciudadana durante el horario en el que se aplica el estado de emergencia. Estas pueden ser intervenidas, sin orden judicial, por policías y militares.
No se puede estar libando licor en la vía pública, pues se podrá ser intervenido por los uniformados y llevado a una dependencia policial por desacato a la autoridad o para el respectivo control de identidad.

¿Qué actividades se pueden realizar en estado de emergencia?
Las actividades que sí se pueden realizar sin problemas fuera de entre la medianoche y las cuatro de la mañana:
Salir a comprar a las tiendas, mercados, supermercados, farmacias, centros comerciales y cualquier otro establecimiento.
Concurrir a parques, clubes zonales, zoológicos, piscinas, playas, malecones y cualquier otro espacio público.
Visitar cines, bibliotecas, museos, teatros, estadios y cualquier otro espacio de recreación.
Movilizarse en transporte público, auto particular, servicio de taxi, moto o cualquier otro medio de transporte, y sin ningún tipo de pase especial.
Realizar reuniones familiares y sociales, así como matrimonios, quinceañeros, cumpleaños, baby shower o cualquier evento en general, pero en el horario permitido.
Lo que sí queda claro con esta medida es que queda suspendido el ejercicio de los derechos constitucionales, como son:
El derecho a la inviolabilidad de domicilio.
El derecho a la libertad de tránsito por el territorio nacional
El derecho a la libertad de reunión y libertad y seguridad personales.

Se entiende, pese a la severidad de la medida, que se busca con ello frenar los altos índices de criminalidad que se vienen suscitando.
En Lince – como se sabe – la presencia de delincuentes venezolanos, vinculados incluso, presuntamente, al Tren de Aragua y a sus diversas células delictivas, es alta.
Ya su misma alcaldesa, Malca Schnaiderman, había solicitado el estado de emergencia, ante la imposibilidad de su gestión por poner orden siquiera y mucho menos frenar la situación de delincuencia que sufre este distrito, pese a haber sido una de sus promesas de campaña.
Los vecinos han preferido mil veces la intervención del gobierno, como medida desesperada ante, las balaceras, asesinatos, detonación de granadas de guerra – principalmente en la zona de Risso – Pareciera que, ante la notoria ausencia de una política clara de seguridad ciudadana, los facinerosos encontraron en Lince un territorio sin restricciones en el cual desarrollar sus actividades delictivas.
Todos recordarán seguramente el reciente escándalo de las cámaras de seguridad con intervención de la Fiscalía, pues muchas de ellas se encontraron deterioradas o inservibles o simplemente no se encontraron o fueron insuficientes. Al parecer nunca fue, para la administración municipal ingresante, prioridad el cambio o adquisición de cámaras nuevas o más modernas para el combate contra la delincuencia; pese a que especialistas en este tipo de sistemas así lo habían venido recomendando.
En el Cercado de Lima, por su parte, la delincuencia viene ganando terreno; los robos y extorsiones se dan como algo cotidiano, causando preocupación entre sus vecinos.
En líneas generales, la ciudadanía se muestra en su mayoría conforme con la medida de Estado de Emergencia declarada para estos distritos y muchos esperan que se amplie alcanzando algunos otros en los que la delincuencia viene igualmente en aumento.
No será de sorprender entonces ver por estos días la presencia de militares resguardando junto a la policía y personal del serenazgo las calles de los distritos en cuestión.
Por: Christian Loureiro ✍
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