Palestina e Israel: Extremismo en ambos lados

El ataque perpetrado por el grupo terrorista- fundamentalista Hamas a la población israelí ha sido de tal sevicia e inhumanidad que no puede ser justificado bajo ningún criterio con un mínimo de sensatez. Y es que el terrorismo islamista sea quizá la máxima expresión de lo irracional, la negación de todo vestigio de civilidad y la expresión más diáfana de lo primate que al fin de cuentas es la especie humana. 

Hamas es un grupo terrorista, fundamentalista e islamista palestino que no reconoce la existencia de Israel, existe desde 1987 aproximadamente y desde el 2007 gobierna de facto la franja de Gaza-una especie de gueto donde se apiñan más de dos millones de palestinos en las condiciones más insalubres inimaginables y cuya población es mayoritariamente joven-.El actuar terrorista de Hamas y la ideología anti laica que profesa es muy similar a grupos terrorista como Al qaeda o ISIS con la diferencia que no tiene la proyección internacional de estos. Por otro lado, el partido político laico Fatah nacido con el reconocimiento de la Autoridad Nacional Palestina en los acuerdos de Oslo (1993-1995) ha devenido en un partido débil, corrupto y autoritario que cada vez representa menos la causa Palestina. Gobierna desde hace más de una década la Cisjordania el otro territorio no continuo a la franja de Gaza donde habita el desventurado pueblo palestino y que es víctima de los arbitrarios e ilegales asentamientos israelíes que socavan su existencia.

Por otro lado, está Israel país que tiene como peculiaridad el haber nacido mediante resolución de una entidad jurídica-política supranacional: la por entonces recién instituida ONU en 1948. Sin embargo, el no acatamiento reincidente de Israel a las resoluciones de la ONU posteriores a su nacimiento que le llaman a la observancia del orden jurídico internacional son realmente una paradoja con brizos de humor negro. Israel el país que se precia de ser la única democracia de oriente próximo de un tiempo acá viene siendo gobernado por una coalición de partidos de derechas religiosas reñidas con la secularidad y su talante democrático venía siendo cuestionado por su propia ciudadanía debido a la intervención de este al sistema judicial del país. Suceso que produjo una serie de manifestaciones por parte de la ciudadanía hace unos meses atrás y que el ataque de  Hamas del 7 de octubre  ha puesto entre paréntesis y a unificado todo el sistema de partidos entorno del inefable Benjamín Netanyaju jefe de gobierno y líder del partido de derechas Likud  y más que eso, le ha dado a la ultraderecha israelí el pretexto perfecto para penetrar en la franja de Gaza -territorio que si bien desocupó militarmente el 2005 manejaba y sometía para todo fin práctico pues controla todos sus accesos por aire, mar y tierra- y masacrar a la ya postrada población gazatí. Y es que el fanatismo islamista de Hamas aparte de ser cruel es idiota. Aunque fanatismo idiota se han quizá una redundancia.

Con la palestina gobernada en Gaza por el fundamentalismo terrorista religioso y en Cisjordania por el venido a menos Autoridad Nacional palestina y por otro lado Israel gobernado por los Halcones de la rama derechista más dura e intolerante, lo ocurrido hace una semana es casi una secuencia lógica. Sumado a esto, una comunidad internacional que poca voluntad ha mostrado para presionar a Israel a que cumpla con las resoluciones de la ONU y que hoy casi al unisonó dicen que están con Él, hacen ver que una solución pacífica al problema se avizore casi imposible. Sin embargo, este no solo es un imperativo si no la única opción; o palestinos e israelís conviven en dos estados como lo planteó primigeniamente la ONU o conviven en uno solo con la pluriculturalidad que caracteriza a tantas naciones- estado. Pero mientras los extremismos campeen en ambos lados esto es simplemente ilusorio. Y es que los extremismos no ven las cosas desde la realidad; puede ser que haya sido un error histórico la formación de un estado judío en esos territorios, pero 75 años después también es algo irreversible y no reconocerlo es simplemente fanatismo.

Se debe retomar la senda marcada por los acuerdos de Oslo en los noventa, pero esto lo tienen que hacer partidos moderados, seculares y de centro como al que pertenecía Isaac Rabin principal artífice de dichos acuerdos asesinado por los grupos de extrema derecha israelí, los mismos que gobiernan hoy.

El conflicto palestino -israelí pone una vez más en evidencia los frágil y casi ilusorio que es a un el orden jurídico internacional y que el poderío militar, político y económico de cada nación es lo que realmente se impone en el complejo tablero geopolítico.

Por: Augusto Cárdenas
Sociólogo