
Yuval Harari en su famoso y comercial libro “Sapiens; De animales a Dioses” argumenta la
existencia de tres tipos de realidad: Una sería la que existe independientemente de nuestra
conciencia, aqui entraria principalmente la naturaleza y el mundo material en sí, en esta categoría de
realidad poco cuentan las opiniones o creencias, la gravedad por ejemplo, continúa Harari, existe con
total libertad de lo que podamos pensar u opinar de ella; si no, avientate del segundo piso de tu casa
y comprobarás tal condición si sobrevives a ello.
Una segunda realidad se refiere al mundo subjetivo de las personas, entrarian aquí nuestra
imaginación; una obra de arte de un famoso pintor probablemente exprese su mundo interno y
subjetivo de este. Por otro lado, existe un tercera categoría de realidad: la intersubjetiva. Esta realidad
si bien no es producto de la naturaleza ni de la biología tampoco es solo subjetiva aunque tal
condición no altere su origen artificioso. A esta categoría de realidad pertenecería el mundo de los
valores (religiosos o laicos) las idiosincrasias y cosmovisiones, las instituciones como el poder judicial
de un país, los derechos,las instituciones económicas como la moneda, en fin,todo lo que es la
cultura, sociedad y civilización en sí, que los Sapiens hemos edificado. Es intersubjetiva por que son
resultados de convencionalismo impuestos o no, que los sapiens hemos inventado para poder
convivir entre nosotros: un billete de 100 dólares nos dice el autor, no vale nada en sí mismo, pues no
podríamos ni vestirnos ni alimentarnos con él,es solo un retazo diminuto de papel,vale porque los
seres humanos hemos acordado que tenga un valor, en este caso concreto, el poder de que con ello
se pueda adquirir bienes o servicios en un mercado. Este convenio está tan internalizado en cada uno
de nosotros que rara vez reparamos en su condición artificiosa y la naturalizamos al extremo que la
vemos como una realidad externa a nosotros algo que no es del todo equivocado,ya que si bien no
son naturales tampoco pertenecen totalmente a nuestra subjetividad,si no a la necesidad de convivir
con los otros.
A este tipo de realidad pertenece la nacionalidad. Este es el vínculo jurídico que se tiene con un
determinado territorio donde se nace. Pero la nacionalidad es más que una categoría jurídica es
también los lazos afectivos que se tiene a tal terruño porque al nacer en ello el individuo se siente
vinculado a los hechos ocurridos anteriormente en ese territorio así como a las personalidades
notables que han nacido también en aquel pedazo de tierra. Pero para ubicar y entender mejor la
nacionalidad habría que definir también la otra realidad intersubjetiva de donde deriva: la del estado-
nación; este tuvo origen en la europa del XVII tras la firma de la paz de Westfalia ,tratado de paz que
puso fin a la guerra intereuropea de los treinta años.Hasta ese entonces Europa estaba demarcada
territorial y políticamente por una serie de señoríos feudales (marcas,ducados,varas,archiducados,
etc) producto del cada vez más atomizado Sacro Imperio Romano Germánico, era la institución
eclesial el vínculo más universal por entonces,pero con el surgimiento del cisma que provocaron en
este las iglesias protestantes en el s XVI el conflicto estalló y fue necesario acordar y crear nuevas
formas de cohesión que superaran los vínculos regionales,feudales, lingüísticos y religiosos.El
estado-nación sería el vínculo que trascendiera y se pusiera por encima de las otras categorías
identitarias. Conceptos y términos que hoy nos son tan comunes como de soberanía nacional,la no
intervención de los asuntos internos de un estado por otro, la integridad territorial, así como la
diplomacia y las relaciones internacionales modernas nacieron en ese artificio político-jurídico.La
nación y las nacionalidades son vínculos más abarcadores pero también más abstractos;prueba de
ello es que cada nación es en su interior un crisol de lenguas,identidades regionales y étnicas, religiones o formas de religiosidad variadas,patrones culturales distintos;pero todos vinculados por
esa abstracción que es el estado-nación que utiliza para su fin cohesionador una serie de
simbologías como un himno,una bandera,un relato histórico oficial entre otros artilugios, todas con un
mayor o menor grado de arbitrariedad y con diversos matices de éxito.Por tanto, todo estado nación
posee cierto nivel de arbitrariedad,es un producto cultural y político y por ello pertenece a esa
realidad intersubjetiva del que nos habla Harari.
Es al gran astrónomo y difusor científico Carl Sagan que se le atribuye la frase de que nuestra
civilización dependió mucho del “ampliar el nosotros” en concordancia con esto el estado-nación
constituye un paso más en este ampliar de Sagan. Pero presentó mayor grado de artificialidad y
ahistoricidad en otras latitudes del mundo no occidentales; en medio oriente por ejemplo los estados
nación inventados son estructuras jurídicas sin ningún arraigo histórico, impuestas por las potencias
coloniales de occidente en el tratado de Sykes-Picot principalmente.Por eso a un iraki tal condición le
dice menos que su identidad religiosa (sunita o chiita) o sus lazos clánicos.Ni hablar del Africa cuya
división territorial obedeció netamente a los intereses comerciales de las potencias europeas y
algunas veces ni a eso, sino a los intereses de un rey.En América Latina al concluir el proceso
separastista sólo había dos formas de identidad; una regional y otra más universal; la de sentirse
parte de un imperio;el español.Tras fracasar este último con la constitución de Cádiz de 1812 y
después de los intentos federalistas de Bolívar y monárquicos de San Martín el concepto de estado-
nación basado en los principios del “uti possidetis” (así como poseían cuando fueron virreinatos así
poseerán cuando sean repúblicas) y “la libre determinación de los pueblos” fue cuajando con idas y
venidas en estos dos siglos de vida posvireeinal.Con todo y sin olvidar su grado de
arbitrariedad,artificialidad y categoría político-jurídico podemos decir que es una realidad
intersubjetiva la nación peruana, chilena, ecuatoriana ,brasileña etc.
Pero así como capital y capitalismo no son los mismo o una cosa es el bíblico monte de Sión y otra
el sionismo,pues esta última fue un proyecto político colonialista. Nación no es equiparable a
nacionalismo;Gorge Orwel hace una diferencia entre nacionalismo y patriotismo este último era el
amor a un terruño sin el deseo de imponerlos a otros. El patriotismo es defensivo militar y
culturalmente. Cosa contraria al Nacionalismo que es inseparable del deseo de poder y expansión,es
agresivo y todo se hace en nombre de la nación donde el individuo queda diluido en está entelequia
naturalizada. Doctrinas políticas como el nazismo serían claro ejemplo de aquello.
Y es que el nacionalismo es una ideología politica con tintes autoritarios y dogmaticos. El nacionalista
no es conciente de lo arbitrario, artificioso y circunstancial que en el fondo es pertenecer a una
nación. Ubica a este en la realidad independiente a todo consenso y conciencia. Para él, las fronteras
que separan naciones son tan naturales como las montañas y demás accidentes
geográficos. Tomando conceptos aristotélicos, hace de su nacionalidad algo esencial y no
accidental. Esta concepción de la nacionalidad le lleva a la beligerancia en su relación con el otro,con
aquel que no es de su nación al que considera por el solo hecho de nacer del otro lado de esa línea (
de cuya arbitrariedad no es consciente o no quiere serlo) el enemigo o inferior a él.Mí himno es más
bonito que el tuyo,la comida de mi país es más rica que la de tu país,mi bandera es más bonita que
la tuya. A esas ridiculeces nos lleva el nacionalismo en sus consecuencias más inocuas porque
también es capaz de desatar el más irracional odio asesino y de eso ejemplos hay de sobra en la
historia.Las ideologías nacionalistas son los mayores oponentes a la imperfecta pero perfectible
Unión Europea, es el que exalta hasta el paroxismo las identidades étnicas,los chauvinismos
aldeanos o regionales,son los anti inmigrantes por excelencia en pro de una inexistente pureza
cultural. Han sido y son los mayores manipuladores de la historia para hacerlo calzar a sus
parámetros ideológicos. Por eso son tan incompatibles con los Derechos Humanos porque este
constituye un ampliar aún más el “nosotros”.
En esta semana de fiestas patrias cuyas fechas son donde por lo general sentimos ese abstracto
principio identitario por encima de otras identidades diferenciadoras que como toda nación la
tenemos. Celebrémoslo con una actitud orwelianamente patriota y siendo conscientes que hay una
identidad a un más cohesionadora y menos abstracta; la de “HUMANOS”, no olvidando que si nací
de este lado de la arbitraria línea divisoria es algo circunstancial, quizá accidental y temporal (el Perú y
la peruanidad no existían intersubjetivamente hace solo dos siglos) de ninguna manera esencial, tan
similar como los que nacieron del otro lado de aquella. Feliz 28.
Por: Augusto Cárdenas ✍
Sociólogo